Cada loco con su tema: Violet
Por: La Dra. Violeta González
Alias, Violet.
Transmitido en Décimo Planeta
(12/04/2007)
Dicen que todos los días sale un loco a la calle. Digamos que todas las semanas sale uno más loco que los demás. Ese es nuestro loco, el de la semana, al que miraremos con la lupa de la Psicología, para ver de cerca cuán loco está.
Yo diría que lo mejor es comenzar por casa, así además me libro de que digan “¿Y ella se cree muy sana?”, ¡no señor, aquí no hay nadie sano! así que hoy la lupa cae sobre mi cabeza y mira adentro. Hoy, en el Loco de la Semana, Violeta González.
Los hechos:
Es cubana, estudia Psicología, desde el 2000 intenta graduarse, parece que lo logrará en el 2008, y después de 8 años de estudio será apenas… Licenciada, en ese tiempo cualquier persona normal hubiera hecho, como mínimo, una carrera y un par de cursitos. Habla de locos en un programa de radio, y no le gusta su voz. Preferiría no leer lo que escribe, pero si habla no termina nunca, incluso esta semana le dijeron que habla hasta por los codos… También le dijeron que tiene problemas con las filas, donde encuentra que hay demasiada gente se siente encerrada.
Los síntomas:
Se pudiera decir que es un poco obsesiva, pues –cito al DSM IV, que es el manual de Diagnóstico de las Enfermedades Psicológicas- tiene una preocupación por el orden, el perfeccionismo y el control mental e interpersonal.
Además pudiéramos decir que es histriónica ¡pero no histérica!, o sea, que actúa en búsqueda de atención, (si no, no estuviera en un programa de radio), o sea le gusta que la atiendan, pero no llega a hacer escenas ni dramas sólo para que la miren.
Un poco agorafóbica también, pues evita estar en situaciones donde hay mucha gente, por eso no le gustan las filas y no podría viajar en el Transantiago en hora pik. Ni-jugando.
El tratamiento:
A pesar de todo, la aceptaron en la carrera de Psicología en dos universidades distintas, en dos países distintos, en dos momentos de su vida distintos, así que pasó la prueba de la normalidad mínima indispensable dos veces; por otra parte tiene amigos, se mueve en ambientes sociales de manera satisfactoria, y ha vivido 24 años sin tener ni un solo –fíjense- ni un solo tratamiento psiquiátrico.
Al parecer, lo que sea que esté haciendo, hasta ahora ha dado resultado, así que debería seguir en la misma línea. Tal parece que no toda la gente con síntomas de locura están locos, o unos locos lo están más que otros, ¿o será que a los más locos es a los que se les nota? Muchos dicen que vivimos en un mundo loco, ¡y parece que no es mentira!
Dicen que todos los días sale un loco a la calle. Digamos que todas las semanas sale uno más loco que los demás. Ese es nuestro loco, el de la semana, al que miraremos con la lupa de la Psicología, para ver de cerca cuán loco está.
Yo diría que lo mejor es comenzar por casa, así además me libro de que digan “¿Y ella se cree muy sana?”, ¡no señor, aquí no hay nadie sano! así que hoy la lupa cae sobre mi cabeza y mira adentro. Hoy, en el Loco de la Semana, Violeta González.
Los hechos:
Es cubana, estudia Psicología, desde el 2000 intenta graduarse, parece que lo logrará en el 2008, y después de 8 años de estudio será apenas… Licenciada, en ese tiempo cualquier persona normal hubiera hecho, como mínimo, una carrera y un par de cursitos. Habla de locos en un programa de radio, y no le gusta su voz. Preferiría no leer lo que escribe, pero si habla no termina nunca, incluso esta semana le dijeron que habla hasta por los codos… También le dijeron que tiene problemas con las filas, donde encuentra que hay demasiada gente se siente encerrada.
Los síntomas:
Se pudiera decir que es un poco obsesiva, pues –cito al DSM IV, que es el manual de Diagnóstico de las Enfermedades Psicológicas- tiene una preocupación por el orden, el perfeccionismo y el control mental e interpersonal.
Además pudiéramos decir que es histriónica ¡pero no histérica!, o sea, que actúa en búsqueda de atención, (si no, no estuviera en un programa de radio), o sea le gusta que la atiendan, pero no llega a hacer escenas ni dramas sólo para que la miren.
Un poco agorafóbica también, pues evita estar en situaciones donde hay mucha gente, por eso no le gustan las filas y no podría viajar en el Transantiago en hora pik. Ni-jugando.
El tratamiento:
A pesar de todo, la aceptaron en la carrera de Psicología en dos universidades distintas, en dos países distintos, en dos momentos de su vida distintos, así que pasó la prueba de la normalidad mínima indispensable dos veces; por otra parte tiene amigos, se mueve en ambientes sociales de manera satisfactoria, y ha vivido 24 años sin tener ni un solo –fíjense- ni un solo tratamiento psiquiátrico.
Al parecer, lo que sea que esté haciendo, hasta ahora ha dado resultado, así que debería seguir en la misma línea. Tal parece que no toda la gente con síntomas de locura están locos, o unos locos lo están más que otros, ¿o será que a los más locos es a los que se les nota? Muchos dicen que vivimos en un mundo loco, ¡y parece que no es mentira!
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