El Marxista Clandestino: Modificación a la LOCE.

Por: Yuri, el Marxista Clandestino

Este comentario no representa necesariamente la opinión editorial de Décimo Planeta, pero puta, que estamos de acuerdo con el compañero.

Camaradas:

Por estos días veo a antiguos compañeros de lucha vendiendo su alma al diablo. Las evidencias más claras está en un ejemplo de la contingencia: el proyecto de modificación de la LOCE, ese engendro dictatorial que los honorables de la era pinochitista crearon para lucrar con el conocimiento y dejar tan pobres como siempre a los pobres de siempre.

Han aparecido en las cámaras de televisión antiguos ministros y dioses de la política nacional “enojaditos” con el nuevo proyecto de Bachelet (quién tampoco es santa de mi devoción). Están “bravitos” porque su parentela política o sus amigos sostenedores van a perder la gallina de los huevitos de oro. Una antigua ministra, un experto de la dictadura, un regio senador, un presidente gremial y … muchos otros que lo murmullan en los pasillos del convite politiquero… no se explican porqué impedir que ganen dinero con la educación de nuestros hijos. Ya adivinamos cuál va a ser el futuro de ese proyecto que entra al congreso. La concertación no es la izquierda chilena, muchos de los que pertenecen a ella tienen una idea muy alta del lucro y del negocio, por tanto no darán su respaldo para eliminar el lucro en la educación.

En algo sí tienen razón: Que tampoco cambiándole la identidad jurídica a los sostenedores, de empresa a fundación o ong, se va a solucionar el problema. Después usarán las mismas leyes que se han aprobado para sí mismos, para evadir, para ganar, para vender, para lucrar. Porque no todas las ONG tienen fines caritativos. ¿Dígame si no le da risa que las Universidades Privadas sean organizaciones sin fines de lucro? Lo son. Y ganan una millonada con las matrículas y los aranceles cada vez más altos.

Ante este panorama a quienes están “preocupaditos” por perder el “dinerito” que le da su “escuelita”, les podemos dar un consejo. Cambien de rubro y abran un quiosco en la esquina, o acudan a las universidades a capacitarse en cómo hacerle pasar gato por liebre al estado. Si finalmente, compañeros, lo sabemos muy bien, sean ong o empresas, la educación seguirán robándonos el dinero miserablemente, a cambio de una formación mediocre, que no alcanza ni para que nuestros hijos aprendan a hablar y a escribir bien. El mismo vocero de estos “enojaditos”… el diario El Mercurio dio cuenta esta semana de que el 20 % de los niños de bien que entran en La Católica reprueban el test de expresión escrita. Problemas ortográficos, pobreza de lenguaje, errores de sintaxis gramatical. Y vienen de colegios pagados, de excelente enseñanza. Claro, en la casa de ciegos el tuerto es rey. Si seguimos revisando los resultados de otras universidades, según los datos publicados por el Mercurio donde en otras casas de estudio hasta el 40 % de los jóvenes que llegan a la Universidad no saben escribir. Pero nos puede quedar algo de esperanza. Quizás estos resultados no sean verdaderos, porque El Mercurio miente, cierto?

Los problemas de la educación son de esencia y la calidad no llegará como niño de la panza de una cigüeña. La solución está en un cambio radical que le devuelva al estado su responsabilidad real. El estado tiene la obligación de velar por el bienestar de los ciudadanos. No puede regalar ni vender la educación a los privados. El conocimiento es bien de una nación. Eso es lo que nos va a sacar de la pobreza, no cuanto dinero ganen unos cuantos, más o menos. Con un pueblo culto romperemos el vicioso círculo en el que viven los pobres. Con sostenedores lucrativos tendremos más dinero en los bolsillos de unos pucos. Compare y respóndase. Qué es mejor.

Sólo con una educación pública, de calidad, donde el estado inverta, se responsabilice podremos dar un salto. La educación actual es una gran compañía, con varios socios comerciales, donde nadie se responsabiliza por el desastre. Todos se culpan entre sí y el estado reduce su potencial a ser mero negociador en la reunión de directorio de esa gran empresa que es la Educación chilena. Gracias, compatriotas, aunque sea desde otro planeta, continuemos la lucha por abrir verdaderamente las grandes alamedas.